Artes Graficas y la maria juana

A la vieja usanza, esa que mandaba inconcientemente que un aporte fuera la continuacion del anterior, colgando el texto siguiente como un acrostico, divagando luego en pensamientos en polemicas. Asi se hacia en aquellos años, y por eso tuvimos la gracia de poder hacer un libraco tamañaco como "El Cuaderno", en ese entonces la posibilidad de plasmar un comentario era solo a traves de un aporte, y con eso de lapiz y papel, las historias terminaban entretejiendose para el lector, como una gran madeja de luisa, tejiendose y destejiendose con el transcurso de aquellos años.

Y asi su referencia anterior amigo Alvaro, me lleva a los viejos años de la Artes Graficas, donde el olor a tinta era el que mandaba, esa tinta pastosa negra, roja , amarillo, cyan y magenta que se te metia entre las uñas, que mandaba un arte tras la espatula, que añoraba el texto, apretando viejos tipos en el componedor, con sus picas y ciceros, con su olor a linotipias a cajas llenas de letras, a Gutemberg, a ideas, esperaba entonces ansiosa la perlita, la 3/4, la tarjetera, o la Heidelberg en el mejor de los casos, cuando eras el regalon del profe, si no, te mandaban a limpiar la 1/2 mercurio, y ahi te quiero ver. Finalmente todo era una entretencion, una creacion, ideas sin limites que te llevaban a hacer horas extras estudiantiles, sabiendo que el unico pago que recibirias seria la satisfaccion de hacer lo que querias en la vida.
Pero por ahi estaba lo otro, el area cientifico humanista, que de humanista tenia re poco, la matematica estresante, el logaritmo, el ingles This is the Window, this is the chair, los diptongos y los numeros Pi, cuanta y tanta paja , que como todo en la vida te mostraba que siempre hay un lado oscuro, ese Yin y Yan en que se enredaba el che Cordero. Para matar a la fuerza oscura lo mejor era entonces salir a fumarse un pitito, darle ahi en el baño de hombres, entre historias fantasiosas, entre pelambres de minas, de amigos de aquellos años, escuchando al ya difunto Merino, mi amigo, contandonos de sus conquistas amorosas, de sus visitas a casas de puta de la mano de su padre, esa chilombiana era lo unico que nos permitia soportar la cara de traste de los profes en Dictadura, de los profes cobardes, como el troncoso, o la Ingrid, el guaton de dibujo tecnico, o el imbecil de Castellano.