Un gorilita subió arriba de un reloj...
"Llego tarde pero la historia es verdadera. El cuento de Hernán me transporta sin trámite a los veranos del 82-84. Eramos dos caminantes y a veces tres, lectores compulsivos de Cortázar que en lugar de sentirnos tártaros nos decíamos watussis, el más chico (yo) medía 1.82 y soliamos ser flacos y andar vagando interminablemente bajo el sol del valle central de Santiago de Chile. El escenario era siempre la vieja carretera que va a Melipilla, comuna que está a unos 70 kms. del centro. Como vivíamos en Maipú, que es la última comuna urbana que se demigaja sobre el "Camino a Melipilla" partíamos fielmente hacia la línea del tren cercana a la casa de mis amigos watussis y entre gritos y cantos aspiracionalmente patafísicos llegábamos al cruce de la Avenida Pajaritos con Camino a Melipilla. Allí mutábamos y de la misma forma que Hernán lo narra nos transformábamos en prehominidos, de hecho ese paseo le llamábamos "ir a hacer gorilas".
En cierta oportunidad incluso detuvimos el tránsito debido a nuestros saltos de pista a pista de la carretera. Salvo dicho incidente nunca sufrimos presión social, pese a que eran tiempos duros de dictadura. Aunque para ser sincero, mucha presión no podía haber pues esta carretera abunda aun en industrias, bombas bencineras, bodegas y paradas de camiones, aparte de la desaparecida Feria Internacional de Santiago FISA que prestaba la sombra de sus enormes árboles para reponernos de nuestra transformación. Esto es la pura y santa verdad. Aleluya."
1 Comments:
A la vuelta, de la esquina, un muertito me encontre, como ya estaba hediondito a micasa lo lleve..... y le corrian los gusanitos, y le corrian los gusanitos, los gusanitos, los gusanitos, los gusanitos, llegando el punto que revento, y ahi mismito un sanguchito me hice yo, pom pom
By Fernando ortiz tapia, at 9:03 AM
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