Se me ha roto una cuerda.

Gripe aun no aviar...màs bien gripe alveoar; 4 am, incapáz de conciliar el sueño, tomo mi guitarra (la de ensayo, la vieja, la empolvada...esa que creía fiel) y trato de reproducir un sonido pegado a mi sien...la fiebre muy probablemente.
Gripe y mar, olas y fiebre. Por ahì va la cosa, por esa dirección surrealista, tàn tìpica como las bobadas que compuse en mis mozos años 19-20-21. Gripe y flan, abro el refri y me devoro un grosero e imperdonable sandwish con harto "kechup", harta mayo, harto chancho...un sanguchito què provocarìa un infarto a Lezaeta Acharàn y su naturismo.
Pero yo ignoro todo, la gripe y el can que ladra en un patio contiguo. Gripe number guan, una de las màs fuertes en los últimos años. Gripe y plan: componer.
Me pica el bicho de lo barroco. Gripe y klan, cerrado, impenetrable, de musas generosas hasta ahora.
Algo logro grabar. Pero la maldita cuarta cuerda estalla, burlesca, sardónica. La composición se va a la cresta.
Devoro el sanguchito. Erupto mi premio de consuelo.
Qué bajo he caido.
Gripe y Tan.