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Or Jiefoyga

Monday, March 13, 2006

No quiero ser un hombre Medio

Fin de semana en casa, libre, como le dicen los de nuestro laburo garzonil, feliz pero lleno de angustia sin sentido, atrapado en mis nubes negras, aquellas que suelo llamar pensamientos, que buscan una salida, y finalmente se hunden en este proyecto de semihombre alcanzando la edad madura, llorando en mi muro interior sin sentido, descolocado, a veces creo ser otro que vive de prestado en esta piel en este cuerpo cansado, quizas un mapuche guerrero atrapado, añorando sus tierras de paisajes costeros, perdido entre tuneles hechos de raices centenarias, buscando al enemigo, cubierto con mi piel de cabeza de puma.
De pequeño tenia un amigo imaginario, cosa curiosa que este no era una persona, era un caballo, al que le llamaba Lino, me recuerdo montando en el por la avenida Las Torres, a toda velocidad, por entre las piedras, atravesando canchas, azusandolo ¡¡Vamos Lino, corre!!, era un caballo blanco, hermoso, y las canchas eran planicies que se extendian, las micros eran españoles de los que habia que arrancar, la sala de clases al final era la prision, tranquilo Lino, le susurraba al oido, ya vendran dias mejores.
Pero aqui estamos, esperando nacer.....

Friday, March 10, 2006

Un gorilita subió arriba de un reloj...

Esto es un comentario al texto de Casciari en Orsai

"Llego tarde pero la historia es verdadera. El cuento de Hernán me transporta sin trámite a los veranos del 82-84. Eramos dos caminantes y a veces tres, lectores compulsivos de Cortázar que en lugar de sentirnos tártaros nos decíamos watussis, el más chico (yo) medía 1.82 y soliamos ser flacos y andar vagando interminablemente bajo el sol del valle central de Santiago de Chile. El escenario era siempre la vieja carretera que va a Melipilla, comuna que está a unos 70 kms. del centro. Como vivíamos en Maipú, que es la última comuna urbana que se demigaja sobre el "Camino a Melipilla" partíamos fielmente hacia la línea del tren cercana a la casa de mis amigos watussis y entre gritos y cantos aspiracionalmente patafísicos llegábamos al cruce de la Avenida Pajaritos con Camino a Melipilla. Allí mutábamos y de la misma forma que Hernán lo narra nos transformábamos en prehominidos, de hecho ese paseo le llamábamos "ir a hacer gorilas".
En cierta oportunidad incluso detuvimos el tránsito debido a nuestros saltos de pista a pista de la carretera. Salvo dicho incidente nunca sufrimos presión social, pese a que eran tiempos duros de dictadura. Aunque para ser sincero, mucha presión no podía haber pues esta carretera abunda aun en industrias, bombas bencineras, bodegas y paradas de camiones, aparte de la desaparecida Feria Internacional de Santiago FISA que prestaba la sombra de sus enormes árboles para reponernos de nuestra transformación. Esto es la pura y santa verdad. Aleluya."

Thursday, March 09, 2006

Curación por la palabra blogueada

Cuando se tiende a la depresión, a que las creencias ocultas, las frases hechas, los miedos y las expectativas se apoderen generalmente del vaso medio vacío de uno, hay un “bien” que siempre se hace escaso y que generalmente es más vulnerable que la cresta: me refiero a tener un puto buen estado de ánimo, sonreírle a la adversidad y creer desde los huesos que la vida siempre termina por mostrar su lado amable a pesar de los pesares (¡Cuba va!).
En la mente del depresivo cualquier eventualidad es síntoma de un mal general, cualquier mínima desgracia, cualquier contratiempo fuera de programa termina volviéndose confirmación de las siniestras voces que a uno le dicen que nada es para siempre, que la vida es una mierda, etc. pasa como dice Borges que “te puede matar una guitarra”.
Yo que he intentado lidiar con estas eventualidades, que doy mi pelea con las no excesivas energías que Diosito me ha dado, termino dándome cuenta que el buen ánimo, el estado de bienestar interno es una posesión efímera e invaluable, combustible que hay que buscar e inyectarlo a todo proyecto e idea que tenga, pues la aspiradora de la depresión es devastadora, egoísta y autodestructiva, no le importaría borrarse de un cañonazo, una sobredosis, un salto desde un vigésimo piso.
Pero lo difícil es encontrar qué y cómo se produce este salvavidas y combustible sin mediación de químicos, terapias, adicciones o conductas límite (particularmente siendo uno padre, esposo, hijo y trabajador).
Es difícil porque todo está eslabonado, todo pende de todo, cualquier cambio de un lado de la mesa conduce a un desajuste de otro lado y el que evalúa eso, o sea uno mismo, no siempre está en condiciones de ser juez y parte de un boxeo en que los contrincantes están en desigualdad de fuerzas.
Escribo esto para curarme, para continuar, para dejar de culpar a la muerte de mi padre de mi cara, de lo que dije o hice, de mis últimas palabras, de no haber estado ahí, de esta cara de pena que la gente cree que es enojo, pesadez o indiferencia.
Escribo esto para crecer, mierda.

Alvar Magañez

Aqui empezamos, no se cuando terminamos

Vaya, henos aquí desparramados en este universo bytiano, sin saber aun a esta avanzada adultez pa' onde va la micro, este proyecto sin duda dará nuevos aires a esta comunidad blogera, vaya pues la inolvidable cita de "El tartaro" de lejanos 20 y tantos años ya: "Canten Chirimoyas y Zampoñas, .....giman mediocres todos el Or Jiefoyga ha nacido".

Doferna



Años Mozos. 1987-88

Wednesday, March 08, 2006

sugar plumb fairy

one two three four, one two three four