No habia caso, la tematica de la semana era el maldito laburo, y en este te enredabas sin par, dejando pasar las horas de 8 a 6, para luego 6.30 pm vida casera, de padre, de esposo, arrastrandose en esa rutina, mezquina de energias, aburrida de las voces de niños, cansado de tu marida, la tele la misma mierda, el asco, la improsedencia de todo, las noticias imbariables, el descuartizado, las tomas de los estudiantes, los destrozos, el lumpen, la l.o.c.e., los aprovechados de siempre, como el Jorge Pavez, ese señor con care pèrro bulldog embarvado, que cada cierto tiempo aprovecha su oportunidad, y viene a robar camara, que care raja digo yo, si gran parte del problema de la educacion recae en el gremio de los profesores, de niño uno se topa con estos betustos desganados que se dicen a si mismo maestros y en su mayoria vegetan sin ningun amor por los crios que tienen delante, salameros como ellos solos, los profes de basica y de media, al menos en mi experiencia personal, valian callampa, algunos se salvaban entremedio, pero no olvido que el primer cachuchazo en clases fue del Albornoz, el profe jefe, que pese a eso aquel año fue el mejor de mi curriculo estudiantil, ya que recibi glorioso el Diploma de Honor a primer lugar de la promocion de terceros basicos, en la media me tope con otra serie de invocados, como la profe de ingles, o el profe de castellano, el gallegos, que hacia honor a su apellido. En fin en estas cosas pensaba cuando tome la micro, la 659, y al ver los leds que titilaban en el espejo superior recorde al feo pretencioso, aquel que le gustaba adornar los bafles de su estereo con lucecitas rojas, verdes y amarillas, ese que entre canciones de Silvio ponia a Serrat y Mocedades, el chofer era re parecio, su pelo chuzo (que una vez habria sido crespo), su tez morena, sus rasgos redondeados, pero era joven, era como el Daniel de aquellos años mozos, la musica era reggeaton, pero los gustos cambian, seria posible que el fotomecanico Daniel con el correr de los años terminara conduciendo ese monton de fierros amarillos?, que olvidara su amor por los acidos y emulsiones, que el vil mercado los trasladara a ese otro extremo de la cadena laboral, y luego me vi reflejado en el retrovisor arriba de un "solo Dios sabe si vuelvo", ¿y boston? me dije, que de grafico amante de opalinas, hilados, marmeros, y tipografias, creador de colores en la danza de la espatula con las tintas, ahhh que buen olor aquel, te has metamorfoseado en cualquier cosa, que has dejado que la economia de libre mercado te dirija a su antojo, que has transado el arte por el dinero, que has olvidado lo que valia la pena, el trabajar en lo que te gusta, ahora arrastras tu trasero entre calles buscando algun sucio boliche que quiera tus productos, tu cerdo, tu pollo procesado, tus verduras congeladas. Y para que?