Una de las características inherentes al blog es la capacidad de comentar; esto es, de interactuar.
Durante mucho tiempo pensé, erróneamente, que si uno comentaba tenía que dejar una huella, un sello, algo especial en cada comentario. No aprobaba los "pasaba por acá, un saludo".
Hace poco un habitante de la blogósfera se ofendió porque dejé un spam en uno de sus espacios, con motivo de la celebración de los dos años de mi blog. Además, me equivoqué y ni siquiera era un post de él, sino de otro blogero. Admito mi error, somos humanos y podemos confundirnos.
Lo que no me parece sano, saludable en sentido mental, es hacer de eso una zamba canuta y poner "reglas" que, mas allá de nosotros mismos, simplemente no valen de nada.
Reflexiono con esto, pensando que no somos nadie para imponer reglas a los demás, siempre navegando en las aguas del respeto y la cordialidad, de ser posible. Y siempre, o casi siempre, tiene que ser posible. Porque somos todos humanos y tenemos nuestra propia dignidad y nuestras propias falencias.
Si alguien quiere leer un post mío, sacarle el jugo, profundizar en él, debatir, aun discrepar, es bienvenido. Si alguien quiere dejar un spam que no promueva un negocio, para darse a conocer, expresar algo chistoso, promover su país, su lenguaje, o simplemente dejar un breve saludo, sin mayor motivo que la amistad, la interacción que tanto necesitamos, creo que está MUY BIEN.
No nos transformemos en fariseos, que cuelan el mosquito y engullen el camello. Es decir, a veces, por tratar de corregir un punto en que PENSAMOS el otro está errado, no vayamos a caer en una mala actitud o en franca enemistad. Sale peor el remedio que la enfermedad.
Cada uno es libre de poner, eso sí, los límites que estime en su propio blog: moderación de comentarios, restringirlo a su propio grupo de invitados, etc. Cada uno hace, en su casa, lo que se le da la gana. Pero llevar mala onda a otra casa en forma gratuita, no me parece considerado, bondadoso, humanitario, sino pequeño, mezquino, miope.
Los invito a seguir interactuando SANAMENTE. Y la salud a menudo no está en la letra , sino en el espíritu de lo que se dice.
Foto:Interacción de órbitas.
Fuente:www.biopsychology.org